Iniciar un negocio no es fácil en ninguna edad, pues se requiere de mucha paciencia, planificación y objetivos claros. En el pasado, la juventud era un obstáculo para el éxito profesional. Crecer significaba más recursos, más conocimiento y más dinero. Ya no más. Los que crecieron en la era de la tecnología y son conocidos como millennials, ya ven las cosas desde otra óptica.